lunes, 16 de febrero de 2009

¡Oh, que amigo hallé en Cristo!

Precioso título el de este himno evangélico, con el cual también he titulado ente post, de hermosa música también. Texto que nos canta una gran realidad, la verdad de Cristo en nuestras vidas. El Señor Jesús, el Cordero de Dios que pagó con su vida por las faltas y los pecados que cada uno de nosotros cometimos y cometemos, es un hermoso amigo; alguien que nos entiende y nos ayuda. Dando su vida por nosotros, pecadores e inclinados al mal, nos hizo el regalo más grande que pueda existir, la vida, a cambio de la suya propia. Pero no sólo eso, además también haciéndose carne, y uniendo a su naturaleza divina la humana, supo, en carne propia, lo difícil que es vivir en este mundo, arrastrados por el pecado, el egoísmo y la maldad, y empujados al mal, siendo tentado como nosotros, cada día, a hacer el mal, con la diferencia que nosotros caemos en ello y Él, triunfante, salió vencedor.

Este es mi amigo, este puede ser tu amigo, Aquel que te dice ven y te llama para darte paz y tranquilidad de espíritu. Piensa en ello, reflexiona en como Cristo te llama y ofrece su cuerpo para que cargues en Él tu dolor, tus miedos, tus debilidades y a cambio te da su amistad, su Amor incondicional. No podrás resistir su llamada cuando oigas tu nombre en sus labios.

No hay comentarios: