martes, 13 de enero de 2009

El Dios de los ateos

De nuevo, tras un largo silencio, volvemos a escribir movidos más bien por la polémica que por una necesidad propia.

La verdad es que no pueden contarse entre los lectores habituales de la columna de Juan Carlos Girauta a un servidor; no obstante el, de entrada, atrayente titulo ha hecho que hoy, al leer de pasada la portada de Libertad digital, clicase en el vínculo que nos lleva hasta el artículo completo. He de reconocer que la lectura se me ha hecho un poco dura (Será por aquello de que las ganas no acompañaban) pero mientras masticaba las letras con parsimonia me he dado cuenta de cierto aire pedante que destilaba el artículo que me ha dejado un regusto amargo.

Sinceramente no conozco que espiritualidad, si es que la tiene, posee Don Juan Carlos, pero la verdad es que desconoce, en gran medida, que es la fe evangélica (de Evangelios). Como estoy de buen humor le puedo perdonar ese cándido “evangelistas” que emplea para referirse a nosotros y que declino aceptar puesto que no me dedico a escribir Evangelios si no, en la medida que mi fe y mi Dios me ayuden, a ponerlos en práctica y vivirlos.

Centrándonos en el motivo de este artículo diré que la reflexión de fondo del Señor Girauta es cuando menos hija de una ignorancia muy española, y permítanme la expresión. Si bien es cierto que la campaña iniciada por una entidad atea tiene una finalidad ante todo folclórica, no deja de ser un síntoma de la enfermedad que padece esta sociedad. Y ésta no es otra que la muerte de la conciencia y el reino de lo políticamente correcto. Defiende Girauta que este tipo de discusiones no son apropiadas de dilucidar en eslóganes. Ciertamente lo que se discute en esta polémica daría un gran juego para hacer de ello una discusión académica. Pero si en algo nos diferencia a protestantes y católicorromanos es la manera en la que entendemos la fe. Para Juan Carlos Girauta la fe es algo intelectual, elevado, reservado a las mentes pensantes. Nada más lejos de lo que la Biblia, lo que en definitiva Dios quiere transmitir, dice. En las Escrituras vemos que la fe es algo corriente, natural, sencillo y asequible. No se trata de discutir con sesudos académicos como demostrar la existencia de Dios por el método ontológico. La fe en Cristo Jesús no es otra cosa, que a la inversa de lo que opinan y defienden los ateos, pensar que si existe un Dios personal, un Dios cercano como un padre que se preocupa de nosotros y que envío a su Hijo a morir por mi y por ti para pagar en nuestro lugar por los pecados y faltas que cometemos.

Concluyendo, el Señor Girauta puede considerarnos muy naif, quizás, aunque él mismo no lo exprese en su artículo, pacatos y poco inteligentes pero la fe ha de vivirse y tiene todo el derecho de expresarse en las academias y en la calle, libremente, sin cortapisas y gritar a los cuatro vientos como una vez dijo el Apóstol Pablo: “Y nosotros, ¿por qué nos exponemos al peligro a todas horas? Que cada día muero, hermanos, es tan cierto como el orgullo que siento por ustedes en Cristo Jesús nuestro Señor. ¿Qué he ganado si, sólo por motivos humanos, en Éfeso luché contra las fieras? Si los muertos no resucitan, «comamos y bebamos, que mañana moriremos». No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.» Vuelvan a su sano juicio, como conviene, y dejen de pecar. En efecto, hay algunos de ustedes que no tienen conocimiento de Dios; para vergüenza de vosotros lo digo”. (1ª Corintios 15:30-33)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues a mí me ha gustado tanto tu texto como el de Juan Carlos Girauta.

Sergio Moliner Clemente dijo...

Gracias Anónimo por tus palabras. Espero que sigas leyendo nuestro(s) blog(s) y recuerda que estás invitado a participar con tus comentarios siempre que quieras.

oscar dijo...

Buen trabajo
A Dios la gloria.
Gracia y paz del Señor Jesucristo!