lunes, 9 de junio de 2008

El Mal

Se encuentra en la boca de todo tipo de personas a cualquier hora del día. Todo el mundo lo detesta, pero nadie lo comete. En esta misma contradicción radica su nefasta naturaleza.

El mal se disfraza fácilmente, como Satanás en ángel de luz. No sólo puede estar en cualquier persona, sino que lo está en todas. Porque desde el primer hombre, todos llevamos esa semilla injertada en nosotros.

Pese a haber leído esto en la Palabra, a veces la Serpiente nos engaña astutamente, haciéndonos creer que quien parece bueno lo es. Pero como una pesada losa cae la sentencia: “Ninguno hay bueno sino uno: Dios” (Mateo 19:17). Entonces nos damos cuenta de cuán erróneo era nuestro pensar.

En cualquier momento un amigo, un conocido e incluso un familiar puede decepcionarnos. Pero tenemos consuelo en que sólo Uno es bueno: Jesucristo. Ya nos lo advirtió y nos lo sigue advirtiendo en su Santa Palabra, para que no nos engañemos con la “bondad” humana, que no existe, pues la única Bondad es la procedente de Dios.

Sólo en Él hemos de confiar, porque sólo Él es Bueno. Adorémosle por mostrarnos el camino de la Salvación, que nace de confiar en Él y en la esperanza de su Venida. Porque sólo Él es bueno.

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